EN LO PRINCIPAL: Solicita se declare inhábil al Presidente de la República Miguel Juan Sebastián Piñera Echeñique
para ejercer el referido cargo por las razones que indica. PRIMER OTROSI: Acompaña documentos. SEGUNDO OTROSI: Solicita diligencias. TERCER OTROSI: Se tenga presente.
Señor
Jaime Daniel Quintana Leal
Presidente del
Senado
República de Chile
FERNANDO
ESPINOZA MORENO, NILSON
ZEPEDA DONOSO y CARLOS RUIZ RODRÍGUEZ, presidente
y directores, respectivamente, del COMITÉ DE DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS
Y SINDICALES CODEHS, al Sr. Presidente del Senado de la República de Chile,
respetuosamente, decimos:
Que venimos en solicitar de esa Honorable Corporación,
previa audiencia del Tribunal Constitucional, se sirva declarar inhábil para
ejercer su cargo de tal al Sr. presidente de la República Sr. MIGUEL JUAN SEBASTIÁN PIÑERA ECHENIQUE
por encontrarse impedido física y mentalmente de hacerlo, de acuerdo al art. 53
n°7 de la Constitución Política de Chile.
En efecto, las razones que nos obligan a solicitar tal
medida dicen relación con la salud del mandatario en cuestión y,
consecuentemente, en actuaciones e intervenciones suyas, algunas de ellas de abierto
contenido inmoral —que no solamente lo implican sino, junto con ponerlo en
ridículo, comprometen gravemente el honor y prestigio internacional de nuestra
nación—, y otras de notable abandono de sus deberes, según pasamos a exponer.
PROBLEMAS
DE SALUD FÍSICA Y MENTAL.
Nuestra tesis, al respecto, es que el primer
mandatario padece numerosos trastornos cuyas manifestaciones han llegado a ser
de público conocimiento, especialmente en este último tiempo. Es conocido el
hecho que tales dolencias se encuentran vinculadas, aparentemente, a la falta
de sueño y al descanso. No por otro motivo hay quienes le atribuyen padecer el llamado
Síndrome de Rusell/Silver, cuyo rasgo más
manifiesto es el crecimiento desigual de las extremidades superiores y
una serie de otras características fisiológicas algunas de las cuales bien
podrían coincidir con las del primer mandatario (sobre los rasgos fisiológicos
de ese síndrome hay numerosos estudios, entre otros, los del dr. Pablo
Lapunzina Badía, del INGEMM-Madrid).
Un síndrome de esa naturaleza no es óbice para el
desempeño de funciones públicas como lo es la de presidente de la República, afirmación
que si bien es cierta, no es menos cierto que, generalmente, tales dolencias
van acompañadas de otras similares que sí pueden comprometer gravemente la
seguridad y prestigio del país.
En febrero del año pasado, y durante la visita que
efectuara a la ciudad de Cúcuta (Colombia), a fin de dar su respaldo al autodesignado
‘presidente encargado’ de Venezuela, Juan Guaidó, pudo vérsele con en sus
apariciones públicas ejecutando movimientos espasmódicos en todo el cuerpo, aunque
principalmente en sus brazos, distrayendo la atención de todos los que escuchaban
el discurso del caudillo venezolano, según lo cuentan las crónicas de ese
encuentro.
En julio del pasado año, tres meses antes que
explotara la gran protesta nacional, había manifestado el neurobiólogo, doctor Óscar
Lazo, su preocupación por la salud del primer mandatario ante síntomas
aparentemente más graves, de carácter crepuscular, que manifestó, involuntariamente,
en la visita realizada a la ciudad de Osorno, cuando concurrió a la reunión del
Comité de Emergencia de esa ciudad. El investigador chileno, actualmente
radicado en el Reino Unido, señaló, al respecto, en aquella oportunidad:
"Por un año me he dedicado a ver decenas de
videos de Piñera en distintas situaciones y mi conclusión es que simplemente
está reventado y seriamente privado de sueño […] a
menudo Piñera está literalmente cayéndose de sueño, a niveles
en que podría tener un accidente grave".
"[…] hay una cierta inestabilidad postural y
parece haber ciertas contracciones musculares involuntarias en hombros y brazo
izquierdo, pero no hay pérdida de control motor fino [...] No
hay nada que indique seriamente que tiene alguna enfermedad
neurodegenerativa".
Es, igualmente, conocido el hecho
que Piñera duerme extremadamente poco, causa aparente de sus frecuentes crisis
nerviosas; esto le sucede, a pesar que consume, frecuentemente, medicamentos
para conciliar el sueño. Pero en los últimos meses, y a propósito de la
explosión que comenzara el 18 de octubre, su situación parece haber empeorado.
El CODEHS tiene información que los medicamentos para dormir le hacen escaso o
nulo efecto y que, a pesar de no dejar de consumirlos, duerme, como máximo,
apenas una hora al día.
En la fiesta de Navidad de este
año, realizada en La Moneda el 24 de diciembre recién pasado, fue patético
verlo temblar espasmódicamente frente a los niños y a algunas autoridades de la
Iglesia Evangélica. No por algo sus asesores dicen de él que
“[…] es un presidente sereno y trémulo […]”
No
está claro si la enfermedad que padece Piñera es el síndrome de Russell/Silver
o la que describiera el psiquiatra francés Gilles de Tourette que puede
caracterizarse
“[…] por muchos tics motores y fónicos que perduran durante más de un
año”,
según lo expresa la Turette Association of
America. No está claro si padece alguna otra similar.
Una de las críticas más fuertes que se hizo al
presidente tanto en su primera administración como durante el segundo período
eleccionario que enfrentara —más exactamente durante su última campaña electoral—,
fue su permanente disposición a estar intentando divertir a sus acompañantes
con chistes obscenos y de doble sentido, especialmente referidos a las mujeres,
una de las características que presenta el síndrome de La Tourette:
“También hay tics vocales. Estos tics vocales
(vocalizaciones) generalmente se producen junto con los movimientos. Las
vocalizaciones pueden incluir gruñidos, carraspeos, gritos y ladridos. También
pueden expresarse como coprolalia (el uso involuntario de palabras obscenas o de
palabras y frases inapropiadas en el contexto social) o copropraxia (gestos
obscenos)”.
Es cierto que el Síndrome de La Tourette, al
igual que el de Russell/Silver, no es una afección que pueda preocupar. Como lo
expresa la propia Compañía:
“La mayoría de las personas que sufren ST y otros
trastornos de tics pueden llevar vidas productivas. No hay barreras para sus
logros en la vida personal y profesional. Se puede encontrar gente con ST en
todas las profesiones”.
Con todo, es ésta una recomendación para personas
que viven una existencia común, no para quien ostenta el cargo representativo
más alto de un país.
El problema de un trastorno mental como el que
indicamos anteriormente es que siembra dudas acerca de la sanidad mental
general de la persona, en primer lugar; en segundo, justifica la tendencia de
atribuir otras conductas del enfermo a las propias de la enfermedad que padece.
Es lo que sucede con el presidente Piñera, como veremos a continuación.
INCREMENTO DE ACCIONES VOLUNTARIAS E INVOLUNTARIAS DE DUDOSA MORALIDAD
Tal cual lo indicáramos precedentemente, uno de
los problemas que arrastra la posible enfermedad que puede padecer quien
desempeña la más alta magistratura de la nación es dar rienda suelta a la
creencia de la opinión pública para que, con razón o sin ella, atribuya todos
los yerros del mandatario y el uso de su retórica a la enfermedad que padece.
Nos guste o no. Eso es una realidad. Así sucede, por ejemplo, con el empleo de
la falacia como argumento para rechazar una idea que repudia, como sucede en la
situación que describe el analista Camilo Vergara cuando recuerda el siguiente
argumento del presidente:
“Si cambiamos el modelo neoliberal, caeremos en el
socialismo de Maduro”.
Estamos aquí en presencia de lo que, en filosofía,
se denomina ‘falsos contrarios’. Desde el punto de vista de la lógica, ¿es
posible aceptar ese tipo de asociaciones? ¿Es posible discutir semejante
tontería? ¿Es posible aceptar tamaña barbaridad teórica? ¿Lo dijo Piñera porque
está convencido que sus interlocutores son tontos o, verdaderamente, porque
adolece de un grave problema mental que le hace creer que esa es la forma
correcta de argumentar?
No ocurre de manera diferente cuando se dirige a
la nación para señalar que la causa de la protesta social es la intervención de
poderes foráneos. Porque en esos casos, hay una sublimación de su delirio.
Esta situación se presenta cuando, en primer
lugar, acusa al régimen de Nicolás Maduro y al de Raúl Castro de ser los
causantes directos de la protesta social, como si la humanidad se encontrase en
plena ‘guerra fría’ y el fantasma del ‘comunismo internacional’ estuviese
acechando a su víctima (el gobierno chileno) en el primer recodo de la esquina.
Pero… ¿es todo ello verdad? Naturalmente, no. Es
muy difícil —por no decir, imposible— una intervención de esa naturaleza en los
asuntos internos de un país. Más, aún, en las circunstancias actuales en donde
la desaparición de la Unión Soviética es un algo irredargüible. Afirmarse en un
hecho de semejante naturaleza pone en evidencia a una persona que no está
consciente del mundo en que vive o no lo entiende. En ese caso, ¿puede
aceptársele a quien ejerce el cargo de presidente de la nación?
Hasta fines de diciembre recién pasado no estuvo
claro quién había confeccionado el informe de ‘Big Data’, si la SEGECOM, la
SEGEGOB u otro organismo similar, informe que resultó ser no solamente un
completo fiasco sino hizo que el país cayera en el ridículo internacional. Hoy,
gracias a la información entregada por el periódico ‘La Tercera’ se sabe que
fue la empresa española “Alta Data Analytics”, de propiedad del empresario
hispano Alejandro Romero, quien lo hizo a petición de la Agencia Nacional de
Informaciones ANI. No obstante saberse aquello, el Gobierno se resistió hasta
el último en dar a conocer quién solicitó el referido informe por temor a dejar
al descubierto otra actuación errónea del presidente. Porque ese organismo no
es autónomo sino funciona bajo la tuición directa del Primer Mandatario.
Las afirmaciones del presidente Piñera han llegado
a un paroxismo tal que, en una de sus últimas alocuciones, ha vuelto a denunciar
dos hechos sustanciales:
a) insistir, por una parte, en que la
intervención extranjera existe; y
b) que los videos en donde constan las
violaciones a los derechos humanos durante su Gobierno fueron filmados en
Alemania.
Si la intervención extranjera existe, ¿dónde
consta dicha intervención? ¿Qué país la practica? ¿Qué potencia? ¿O se trata,
tan sólo de las probabilidades acerca de las que trata ese ‘Big Data’ ordenado
por la ANI a la empresa ‘Alta Data Analytics’ en las que los ‘enemigos’
proverbiales del gobierno pasan a ser Mon Lafferte y el Grupo K-Pop? Entonces
existirían buenas razones para reír a carcajadas de nuestro Gobierno por haber
contratado una empresa que se caracteriza por el inapropiado empleo de la
palabra ‘Big Data’ y para creer que un grupo Pop coreano ha sido la causa
eficiente de las protestas, como lo ha festinado la propia prensa sudcoreana.
No obstante, tales afirmaciones palidecen frente a
aquellas en donde el presidente asegura que los videos que dan cuenta de las
sistemáticas violaciones a los derechos humanos por parte de las fuerzas de
Carabineros fueron filmados fuera del país. ¿Así se hizo aquello? ¿Con actores
alemanes vestidos a la usanza de Carabineros de Chile, con sus bombas
lacrimógenas, con sus vehículos policiales, con sus armas e instrumental
‘persuasivo’? ¿Son mentiras las que formula Piñera o son, simplemente, un
aspecto de los problemas mentales que tiene? Si es lo primero, no deja de ser
interesante hacer una analogía con quien se conoce actualmente como el ‘rey de
la mentira’ o de la ‘falsa noticia’ —el presidente Donald Trump—. Si es lo
segundo, estamos en presencia de algo muy grave y que requiere del pronto
pronunciamiento del Senado chileno.
DESPRECIO A LA CONDUCTA ÉTICA QUE DEBE OBSERVAR UN PRESIDENTE DE LA
REPÚBLICA.
Un presidente no es cualquiera persona sino el
espejo moral de una sociedad. Aunque la moral no guarde, necesariamente,
relación alguna con la legalidad. Se puede cumplir la ley y ser absolutamente
inmoral y se puede ser tremendamente moral y, al mismo tiempo, eximirse del
cumplimiento de la ley. No es un dilema fácil: lo enfrentó el obispo Thomas de
Canterbury y le costó la vida. Porque no toda ley es moral ni toda moral se
refleja en la ley. Especialmente cuando se impone un régimen de economía social
de mercado que nos introduce, como se decía en tiempos de la dictadura, en “el
impersonal y frío mundo del dinero”.
Las palabras precedentes valen para examinar la
conducta de quién es hoy nuestro presidente. Las irregularidades e
inmoralidades cometidas por Piñera desde 1982 a la fecha nos dejan mudo. Son demasiadas,
innumerables. Bástenos hacer aquí un breve paseo por parte de su vida,
situaciones todas ampliamente conocidas por la ciudadanía.
Los escándalos de este señor con un extraña
enfermedad que le hace incurrir en conductas no menos extrañas comenzaron a
hacerse públicos cuando a principios de la década de los 80 se vio involucrado
en una estafa realizada en contra de algunos accionistas del Banco de Talca, en
un proceso donde el juez Luis Correa Bulo debió dictar una orden de arresto en
su contra el día 28 de agosto de 1982. Piñera estuvo oculto 24 días y solamente
salvó de la prisión por la ayuda que recibió de Mónica Madariaga, que se
desempeñara durante algún período como ministra de Justicia en la dictadura de
Augusto Pinochet, atendida su calidad de familiar suyo.
En 1992 volvió a hacer noticia cuando se hizo
pública una grabación clandestina en donde tanto él como su amigo Pedro Pablo
Díaz Herrera —vicepresidente de la empresa ‘The Coca Cola Company’ para Sudamérica,
empresario, hermano de Eduardo Díaz Herrera, miembro de Patria y Libertad—,
intentaron desprestigiar la honorabilidad de la candidata Evelyn Matthei en la
época que ambos se disputaban la representación del pacto Unión por el
Progreso.
En 2007
volvió a hacer noticia, cuando pudo adquirir, por intermedio de la sociedad
Santa Cecilia S.A., de su propiedad, y merced al uso de información
privilegiada, un total de tres millones de acciones de LAN con lo cual se
adueñó de dicha compañía. La Superintendencia de Valores y Seguros lo sancionó
con una multa de, apenas, 363 millones de pesos.
En 2015, un nuevo escándalo del financista
Sebastián Piñera lo vinculó a la investigación por el pago de facturas que
efectuó Chilevisión por servicios que nunca prestó a Aguas Andinas, Pampa
Calichera, SQM y Asesorías Illihue.
En agosto de 2016, se supo que, en 2010, la
justicia argentina lo había imputado como responsable de una operación
financiera ilícita en favor del diputado Jaime Manuel Vásquez, del Frente para
la Victoria, cuando era socio de la empresa LAN en 2006. De acuerdo con la
información aparecida en la prensa de la época, la aerolínea nacional (ya en
manos privadas) había pagado al congresal una ‘coima’ de 1.150.000 dólares. Es
importante recordar aquí que cuando Piñera acusa a otro país de intervención en
sus asuntos internos es porque él ya incurrió anteriormente en esa conducta y
supone que también otros pueden hacerlo.
Poco antes de presentarse como candidato a la
presidencia en 2017, se tuvo conocimiento que, mientras ejerció su mandato
anterior había usado información privilegiada para hacer algunas inversiones en
Perú.
Y en su reciente viaje a China, no vaciló en
llevar a sus hijos para que fuesen a relacionarse y a negociar con empresarios
del país asiático.
En mayo de 2019, señor presidente del Senado,
bajo la rúbrica de “Sebastián Piñera, bitcoin revolution ¿estafa o no? Informe
Especial: la última inversión de Sebastián Piñera magnate de negocios en Chile
asombra a los expertos y aterroriza a los grandes bancos”, el Postedon
Wednesday, may 29, 2019, expresaba lo siguiente:
“[…] la figura del presidente de la República
está interviniendo en operaciones financieras por medio del bitcoin, es decir
el Estado chileno (en la persona de su jefe) está realizando actividades
financieras que la constitución neoliberal le prohíbe al propio Estado chileno.
Si el
Estado no puede poseer y administrar un sistema previsional, porque para eso
hay empresas privadas. ¿por qué el jefe de ese Estado puede poner el prestigio
de la nación en operaciones económicas, prohibidas para la institución? Es como
si el médico director de un hospital público realizase abortos en su clínica
privada, estando ello prohibido en lo público y en lo privado”.
Un presidente de la República, señor presidente
del Senado, además, debe dar el ejemplo y pagar sus impuestos dentro de la
nación que ha visto acrecentar su riqueza. Piñera no lo ha hecho.
Aunque no es una noticia reciente, es igualmente
de público conocimiento que Piñera tiene parte de su dinero en paraísos
fiscales que son lugares del mundo creados para que los financistas puedan
depositar sus dineros y evadan los impuestos en sus respectivos países.
¿Es eso moralmente aceptable, señor presidente
del Senado? Podemos estar de acuerdo en que no hay delito porque la ley no lo
califica de tal. Pero sí podemos asegurar que es una inmoralidad que realiza el
presidente de la República, porque la legislación chilena permite que existan
inmoralidades que pueden ser legales e ilegalidades que pueden ser morales.
Como muchas de las que se practican en este país.
Con todo, nos parece que, ante estos hechos,
cobra, igualmente, vigencia, aquel viejo refrán romano según el cual ‘la mujer
del César no sólo debe ser casta sino que debe parecerlo’, conducta que bien
debería exigírsele a nuestro presidente.
EL USO DE LA MENTIRA COMO ARMA POLÍTICA
La falta de confianza en la dirigencia del país,
señor presidente del Senado, pareciera ser una de las razones por las que hemos
visto aparecer lo que se nombra, a menudo, como ‘explosión’ social de 18 de
octubre. La falta de confianza en el espectro político del país, insistimos,
ante el abuso reiterado de los cargos públicos.
Un presidente debe dar el ejemplo también en ese
aspecto. Y decir la verdad, aunque, a menudo, resulte doloroso hacerlo.
Nuestro presidente no lo hace. Es más. Si antes
acostumbraba a manipular la verdad, hoy recurre en forma directa a la mentira.
No lo hace de manera diferente a lo que sucede con el presidente Donald Trump a
quien, como ya lo señaláramos, la prensa —no nosotros— califica como el ’rey de
la mentira’. Eso no ayuda en absoluto a mejorar el clima social. Por el
contrario: lo enturbia, lo enrarece.
Mintió el presidente Piñera cuando aseguró que había
recibido información fidedigna sobre la intervención extranjera en las
protestas y que la había entregado a la Fiscalía Nacional. El fiscal Guerra
debió salir a desmentirlo.
Mintió Piñera cuando expresó que tenía un informe
con suficientes pruebas acerca de la intervención extranjera, en circunstancias
que ‘alguien’ (tal vez él mismo) ordenó hacer un informe a la ANI quien entregó
la confección del mismo a la empresa española ‘Alta Data Analytics”, e hizo
mentir a todos sus ministros (Karla Rubilar, Gonzalo Blumel), al jefe de la
PDI y, últimamente, al jefe del partido
Renovación Nacional, para fortalecer su mentira.
Mintió Piñera cuando dijo que los videos que daban
cuenta de la violación de los derechos humanos por parte de los servicios
policiales fueron hechos en Alemania.
¿Necesitamos indicar aquí, señor presidente del
Senado, las otras mentiras de Sebastián Piñera Echeñique, ampliamente
divulgadas por la prensa, para obtener que sea aceptado a tramitación este
documento?
FALTA GRAVE A LAS OBLIGACIONES QUE LE IMPONE EL DESEMPEÑO DE SU CARGO
Sin embargo, la conducta más censurable que se le
puede atribuir al presidente Piñera es la falta grave a las obligaciones que le
impone el desempeño de su cargo. No es esta una obligación legal, pero sí lo es
moral.
En efecto, es un hecho indesmentible que la
Constitución pinochetista otorga importancia desmedida al cargo de presidente
de la nación. El régimen que existe en Chile es un régimen presidencialista, al
extremo que no pocos analistas han escrito sobre lo mismo llamándola ‘monarquía
presidencial’. El presidente tiene facultades omnímodas en el ejercicio de su
cargo; no ejercerlas implica falta grave a las obligaciones que le impone el
desempeño de su cargo. Aunque la ley no lo sancione.
Desde el 18 de octubre pasado, momento en que se
iniciaron las protestas, el país ha visto con asombro que no hay conducción
política y que las diversas autoridades explican las sistemáticas y severas
violaciones a los derechos humanos atribuyéndolas a la autonomía de los cuerpos
policiales. Esta situación es grave. Se la conoce como ‘notable abandono de
deberes’ y, si bien es cierto que está contemplada en nuestra Constitución solamente
para hacer efectiva la responsabilidad de los magistrados y del Contralor General de la República (art. 52, n° 2, letra C), no
es menos cierto que, desde el punto de vista moral, ha de exigirse —y con mayor razón—, una conducta ejemplar en
ese sentido, al presidente de la nación, quien puede ser procesado por la
Cámara de Diputados sólo por poner en peligro el honor del país (art. 52, N°2,
letra a).
Señor presidente del Senado:
Escuchábamos una vez a un fiscal narrando esa
costumbre tan celebrada de nuestros campesinos según la cual las personas son
tontas hasta las 12 del día. Cuando se entrega este documento, el mediodía ya
ha pasado. Ya no somos tontos, señor presidente del Senado, por lo que no
podemos aceptar las explicaciones que atribuyen a la autonomía de los cuerpos
policiales la total y entera responsabilidad de los actos atentatorios en
contra de los derechos humanos en nuestro país cometidos a raíz de las
protestas. Menos, aún, en una nación en donde la estructura vertical y
jerárquica de la sociedad reproduce la que existe en los cuerpos armados —especialmente
la que presenta el Ejército—, entregándole el mando de la sociedad al
presidente de la República.
POR TANTO,
En mérito de lo expuesto, de los documentos que
se acompañan, de las diligencias que se solicita practique esa Corporación, y
en virtud de lo dispuesto en el art. 53, n°7, de la Constitución Política de
Chile que reza, en la parte pertinente:
“Son atribuciones exclusivas del Senado:
7° Declarar la inhabilidad del Presidente de la
República o del Presidente electo cuando un impedimento físico o mental lo
inhabilite para el ejercicio de sus funciones; y declarar, asimismo, cuando el
Presidente de la República haga dimisión de su cargo, si los motivos que la
originan son o no fundados y, en consecuencia, admitirla o rechazarla. En ambos
casos deberá oír previamente al Tribunal Constitucional”,
al Sr. presidente del Senado, respetuosamente,
pedimos se sirva solicitar de esa corporación se declare inhábil para
desempeñar su cargo al Sr. presidente de la República, Miguel
Juan Sebastián Piñera Echenique por encontrarse impedido física y
mentalmente para ejercer sus funciones de tal.
Rogamos al Sr. presidente del Senado se sirva
acceder a lo solicitado.
PRIMER OTROSÍ:
Los medios de comunicación, Sr. presidente del
Senado, son creadores de la opinión pública de acuerdo a numerosas
disposiciones legales. Son, al mismo tiempo, creadores de cultura e ideología.
Y testigos de lo que sucede en una nación. En ellos aparecen consignadas las
denuncias que se indican en el presente escrito. Debería bastar esa
circunstancia para citarlos como medio de prueba. Sin embargo, conocemos la
espantosa burocracia que nos legara la dictadura pinochetista por lo que nos
hemos permitido acompañar algunas de las informaciones que han aparecido en los
medios de comunicación para confeccionar esta solicitud. Ellas son las
siguientes:
1. Información: ‘La crisis ya pasó’.
2. Acusación de Carlos Larraín: ‘El segundo piso
no funciona’.
3. Acusación de Germán Codina acerca de los
errores del segundo piso.
4. Información: Mentiras del presidente
5. Información sobre actos inmorales e ilegales
del presidente
6. Información: Eduardo Engel sobre dichos
confusos del presidente
7. Artículo sobre elementos para un análisis
8. Artículo sobre la capacidad del presidente
para gobernar
9. Información acerca del ‘falso dilema’
10. Dichos de Heraldo Muñoz sobre la capacidad de
entender del presidente
11. Dichos de Huenchumilla sobre la necesidad que
el presidente prolongue sus vacaciones
12. Información sobre las mentiras del presidente
13. Acusación del diputado Jackson sobre las
mentiras del presidente
14. Entrevista a Piñera donde asegura que los
videofilms fueron filmados fuera de Chile
15. Información sobre reacciones ante el
negacionismo de Piñera sobre violación a los derechos humanos
16. Opinión del neurólogo Óscar Lazo sobre la
salud mental del presidente
17. Los síntomas de La Tourette
18. El presidente en Cúcuta y sus temblores
espasmódicos
19. Informe sobre la enfermedad Russell/Silver
Del mismo modo, rogamos al Sr. Presidente tener
por acompañados en el carácter de medios de pruebas los
enlaces de INTERNET que entregamos a continuación,
en donde aparecen documentos oficiales que involucran al presidente de la
República en actos por entero reprochables, a algunos de los cuales ya nos
referimos:
Rogamos al Sr. presidente del Senado, tenerlos
por acompañados en el carácter de medios de prueba.
SEGUNDO OTROSI:
Rogamos al Sr. Presidente del Senado, en primer
lugar, se sirva solicitar el pronunciamiento de los jefes de los Departamentos
de Psicología y Psiquiatría de las Universidades afiliadas al CRUCH acerca de
la salud del sr. Presidente de la República como medida para mejor resolver y,
a la vez, como medio probatorio. En segundo lugar, oficiar a los medios de
comunicación orales, escritos y de imágenes para que entreguen el material en donde
consta la extraña conducta del primer mandatario en los hechos que hemos
descrito para que pueda dicho material servir como medio de prueba.
Rogamos al Sr. presidente del Senado se sirva así
disponerlo.
TERCER OTROSI:
Dado que la tramitación de esta solicitud no se
realiza ante los Tribunales de Justicia sino ante una Corporación de la
República, rogamos se sirva tener presente el Sr. Presidente del Senado, que
actuaremos sin el patrocinio de abogado sino en forma personal, por el simple hecho
de representar legalmente a la organización que indicamos en la presentación.
Rogamos al Sr. presidente del Senado tenerlo
presente.
Por el COMITÉ
DE DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS Y SINDICALES CODEHS
Fernando Espinoza Moreno
Presidente
Nilson Zepeda Donoso Carlos
Ruiz Rodríguez
Director Director
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