Artículo de opinión. Por Lorenzo González Cabrera, miembro del CODEHS.
NOTAS INTRODUCTORIAS
Como asociado y dirigente de la Federación
Nacional de la Subsecretaría de Salud Pública y asumiendo las definiciones a
las que hemos contribuido desde el momento mismo que nos constituimos en
organización. Hemos avanzado en la defensa del Fortalecimiento de la Autoridad
Sanitaria, y su tarea de proteger la salud de la población.
Hacerlo en la noción de las Determinantes
Sociales de Salud, que nos llevan a ampliar la mirada para comprender la salud
como una cuestión de seguridad nacional. Los efectos de la pandemia así lo
demuestran. No es algo que sólo atañe a un grupo determinado de la población
nacional sino a toda ella en su conjunto.
La Salud
y el bienestar son un desafío permanente, es por ello que creemos que hay que
pasar de la declaración a la acción. De la propuesta a la protesta. El presente
texto nace de la revisión de documentos anteriores y de reflexiones compartidas
por compañeros a través de las redes sociales en las que nos encontramos
cotidianamente. Invitamos a quienes estén de acuerdo con estos contenidos a
suscribirlo.
EL VIRUS, LA PANDEMIA LA SALUD, LA ECONOMÍA Y
OTRAS COSAS
La situación mundial, a consecuencias de la
llegada (al parecer indefinida) de la Pandemia mundial generada por SARS – COV2,
que viene afectando de diferentes maneras y en un proceso ininterrumpido a los
países del orbe, ha puesto a la humanidad una preocupación nunca antes vivida.
En efecto, los contagios producidos por el
Coronavirus, a la fecha, parecen ser cifras no alcanzadas históricamente, no
obstante, éste se encuentra provocando altos niveles de conflictividad en
algunas áreas del quehacer. La confrontación de miradas para enfrentarlo son
muchas, de un lado la presión que ejercen, directamente, o a través de ¿sus? Estados
en las organizaciones intergubernamentales, amenazando la reducción o
suspensión de los aportes para su sobrevida (así Trump con la OMS) o como se
indica en el reciente ajuste presupuestario nacional.
LA ESTRATEGIA DE LA IMPROVISACIÓN
En estos días, como ha sido desde que se instaló
la pandemia en Chile, hemos visto cómo las estrategias de contención y combate
han mostrado una enorme diversidad, contándose con una enorme batería de
instrumentos, los que son utilizados o desechados, en los diferentes países, ya
sea por énfasis específicos en ciertas miradas de salud u otras formas de
priorización como es el caso de Chile, donde evidentemente la priorización se
ha colocado en los aspectos económicos por sobre los de salud (salubristas, epidemiológicas
y sanitarias, sean preventivas o remediales).
Los niveles de conflictividad entre las
potencias, la guerra híbrida desatada, la guerra comercial, y comunicacional han
creado ingentes dificultades en el mundo entero.
La caída de las bolsas, la crisis generada en el
bajo precio del petróleo, la variación permanente de las divisas, provocadas
por estos hechos, son cuestiones que invariablemente comenzarán a operar
severamente sobre aquellos factores sociales que determinan la calidad de la
salud en el planeta y particularmente en aquellos países que; como el nuestro,
tienen una economía abierta y dependiente de la venta de materias primas sin
elaboración, cuya depreciación será cada día mayor.
Nos encontramos en una crisis de marca mayor, sólo
comparable con la gran crisis de los años 30, con las consecuencias de similar
o mayor gravedad, previéndose la posibilidad de aparecimiento de una hambruna
gigantesca.
Ello obliga, para encontrar salidas dotadas de
un mínimo de equidad, que el Estado cumpla su tarea tendiente a resguardar los
derechos humanos y sociales esenciales de la población y su énfasis debe estar
orientado a esos fines, Pan Techo y Abrigo se decía en períodos de la crisis
que precedentemente indicáramos, cuestiones imprescindibles para garantizar la
Salud, comprendida como el goce del bienestar pleno.
Para ello resulta del todo insuficiente la
reasignación presupuestaria implementada desde La Moneda, como tampoco lo hacen
las medidas paliativas ¿orientadas? a los sectores más vulnerados por los
efectos que la implementación a ultranza del modelo neoliberal.
No basta desarrollar una agenda pro empleo que
lo único que hace es fortalecer a los mismos grandes conglomerados económicos,
muchos de los cuales no han trepidado en modificar las condiciones
contractuales de sus trabajadores, amparados en la Ley de Protección del
Empleo, reduciéndose así los ingresos de quienes generan su riqueza y
acaparando para sí los recursos que desde el gobierno se colocan a disposición
de la reactivación de la economía.
Es la hora de modificar la política económica y
comenzar con políticas contracíclicas que permitan mejorar la liquidez de los
más desposeídos, como de los asalariados de los segmentos más bajos de esa mal
definida clase media, acudiendo al tesoro del Estado y a la capacidad de
endeudamiento al que, como nación tenemos; con la finalidad de aportar esta vez
al desarrollo nacional y no al crecimiento del enriquecimiento de los menos que
se apropian de los frutos de la producción nacional.
Fuentes internacionales, de alta credibilidad
indican que en nuestro país la economía decrecerá entre un -4% y un -5%, es
decir, si se suma la expectativa de crecimiento, el ¿país? “crecería” menos de
un 7%, ello es lo que obliga a la adopción de las medidas que hemos indicado.
De lo contrario, seremos los trabajadores
quienes pagaremos las consecuencias de la crisis, y de los provocados por la
dura realidad económico social que afecta a nuestro pueblo y que la pandemia ha
permitido percibir en toda su cruda realidad, en los mismos términos indicados
durante las prolongadas manifestaciones de fin de año pasado que,
manifiestamente ponen en riesgo la salud y la vida de la población, en el
entendimiento que su condición indivisible.
NUESTRO COMPROMISO CON LA SALUD
Esa es la razón que hemos tenido a la vista
cuando definimos "La Salud como una cuestión de Seguridad Nacional" la que después de más de 9 años se
asume por la CUT; y con ello estamos poniendo en el centro la capacidad de
análisis que como organización hemos desarrollado. Pero lo hemos dicho, asumimos este concepto separándonos
de la mirada generada bajo el concepto de “guerra de baja intensidad”, por el contrario, lo vemos desde la
perspectiva integradora que la función de la Salud tiene en la sociedad. Como
un valor que integra las miradas diagnósticas de los problemas y unifica rutas
de salida o solución de estos.
La autoridad ha venido asumiendo una concepción
autoritaria aberrante, cercenando caminos a la información e inhibiendo que
desde regiones se adopten decisiones que se desmarquen del errático
comportamiento que ha mostrado la autoridad central, no por una visión
regionalista sino eminentemente epidemiológica.
Hemos estado durante años centrando el quehacer
en el cumplimiento de metas que hacen el remedo de ser metas sanitarias al
decir que engarzan con la Estrategia Nacional de Salud, que, de lo que
evidentemente carece, es de una mirada integral de salud que ponga el acento en
la prevención, la educación, la promoción y la fiscalización, antes que
cuestiones meramente administrativas o de números que no expresan el impacto de
ellas en la salud de la población.
LA PANDEMIA, UNA RADIOGRAFÍA SOCIAL
La realidad que desnuda la pandemia es que
nuestro sistema carece no sólo de herramientas de intervención en el modo que
la sociedad se organiza, produce y se reproduce, y de la forma que esto impacta
en el acceso al bienestar pleno de la población, sin lo cual ninguna actividad
de servicios o productiva puede garantizarse. Esta es la amplia mirada a la que
invita el enfoque de las Determinantes Sociales de Salud. Que rescatamos de
manera intransable y que coloca primero la vida, luego la economía.
La pandemia ha demostrado que cuando los
trabajadores no pueden concurrir a su trabajo, los sectores poseedores ven
amenazados sus privilegios derivados de la producción mercantil y la
realización del producto de trabajo asalariado, y de la provisión de servicios
que la haga posible, dejando explícitamente claro quiénes son los generadores
de riqueza.
POR EL CAMINO DE LA DESOBEDIENCIA
Nos enfrentaremos a la obligación de estar en la
trinchera de la salud para proveerla. Cuando desde la Moneda se está pensando
en la llamada “Nueva Normalidad” o en el “Retorno Seguro” no se está
considerando como se mueven las variables de la pandemia, hecho que las cifras
evidenciadas durante la última semana demuestran que estábamos en lo cierto,
que las entregadas inicialmente eran solamente la punta de iceberg, cuyas
dimensiones aún desconocemos. Es ese manejo errático e improvisado, con
desmentidos y cambios de giro contradictorios, lo que nos obliga más que nunca
a propender a la movilización nacional en defensa del bienestar de la población.
Esta lucha resulta estrictamente necesaria para defender los derechos, tanto
los que tenemos como trabajadores, como los del resto de la población.
Está llegando la hora de confrontar a la
autoridad que está pensando más en un extemporáneo programa de gobierno que en
el desarrollo y fortalecimiento de Políticas de Estado, que tengan permanencia
en el tiempo y que apunten a modificaciones estructurales que admitan otear un
mañana mejor, a través de una nueva Constitución que implique un nuevo y mejor
trato para las grandes mayorías sociales, en términos expresados en las masivas
movilizaciones sociales realizadas en octubre o el 8M y que invitan a la
generación de un nuevo Estado. Ello nos lleva a proponer el camino de la
Desobediencia Activa que se puede expresar de múltiples formas, como ejemplos,
iniciales, autoconfinamiento en lugares con brotes donde no se haya decretado
cuarentena, no concurrir al Mall, hacer compras en farmacias y negocios de
barrio, pegatinas de letreros que manifiesten el descontento con el modo con que
se enfrentado la pandemia en ventanas y
rejas, “acciones de arte” o intervenciones en plazas o lugares emblemáticos, en
barrios, ciudades, provincias o regiones.
Es en esta lucha donde se probará la
consecuencia, el valor y el sacrificio de cada Dirigente, Trabajador y Trabajadora
por un Chile mejor. Es la hora de transitar desde la Declaración a la Acción,
desde la Propuesta a la Protesta.
LORENZO GONZÁLEZ CABRERA
VICEPRESIDENTE FENFUSSAP
"Desobediencia
Laboral Sanitaria"¡¡¡Ahora!!!
Mayo 4 de 2020
Post Scriptum: Si deseas suscribirlo eres bienvenido.
Nota de la redacción:
Sólo un gobierno popular asegura el derecho a la salud en forma integral, para toda la población, venciendo las barreras sociales, la discriminación, la falta de oportunidades. Sólo la caída del capitalismo nos asegura un sistema social justo, conforme a la dignidad del ser humano.